Con los datos consolidados del EMAE (INDEC) de abril de 2024 que mostraron una caída del 1,7% contra igual mes de 2023, se confirma el diagnóstico de profundización de la depresión económica que avanzáramos en informes anteriores. Las proyecciones de actividad económica apuntan a marcar una contracción del PBI entre -4,4% y -5,1%, empeorando las proyecciones previas. La actividad se encuentra sólidamente instalada en el nivel deprimido en el que terminó el primer trimestre del año, empeorando el pronóstico para los dos últimos trimestres del año de manera sustantiva.
Contra un descenso sustancial de la nominalidad de la economía y el aplanamiento del tipo de cambio (tendencias vinculadas a factores no sostenibles en el tiempo) se verifica un desplome generalizado en casi todos los sectores de actividad (excepto el agro), destacando las retracciones de doble dígito en el comercio, la construcción y la industria.
En este contexto el apretón fiscal se intensifica, llevando a nuevos mínimos el presupuesto de la Administración Pública Nacional y la inversión estatal en CyT. La ejecución proyectada para el primer semestre muestra una caída del 26% real de la ejecución del Presupuesto de la APN contra igual período del año anterior. En el sector científico el declive es aún mayor: caída real proyectada del 29,2% para la Función CyT ejecutada y 38,7% para los organismos que conformaran el agregado de la ex Jurisdicción 71 (MINCyT), incluyendo el CONICET, la actual Secretaría de ICT, CONAE, Agencia I+D+i y BNDG.
PBI
Las proyecciones de variación del PBI tienen por escenario optimista lo que en enero era la proyección pesimista, habiendo estabilizado el escenario de mayor caída en torno al 5,1%. La debilidad generalizada de la actividad económica, sin ningún factor que insinúe una recuperación por el lado de la demanda, la inversión o el gasto público, se encuentra ligeramente compensada por el efecto estadístico generado en 2023 por la sequía que afectó al sector primario. Respecto del mes anterior la proyección para el escenario optimista pasó de -4,2% en abril a -4,4% en mayo.
La actividad económica se encuentra en un nivel similar al de septiembre de 2019, en plena debacle de la gestión Macri, nivel que en aquel entonces era el resultado de dos años de descenso abrupto de la economía. El nivel de actividad moderadamente descendente del período 07-22 a 11-23 ha sido continuado por una caída abrupta desde diciembre en adelante. Respecto del máximo de junio de 2022 la serie se encuentra 7,6% por debajo, consolidando un escenario de depresión económica con pocos antecedentes en la historia económica argentina.
En la proyección trimestral se desvanece el escenario de una recuperación interanual hacia fin de año. La mejora relativa del segundo trimestre (caída atenuada del -3,5%) solo se explica por la sequía en 2023. El tercer trimestre muestra la consolidación de un declive generalizado en la comparación interanual, del 5,9%, aún cuando el nivel de la economía se mantuviera en el punto en el que se encuentra ahora. Para el cuarto trimestre se espera una leve mejoría, acercando el nivel de actividad a los valores de fines de 2023, pero todavía 3 puntos por debajo. El promedio de esta proyección relativamente optimista en la que el nivel de actividad se mantiene en el tercer trimestre y mejora levemente en el cuarto, deja una caída proyectada del 4,4% del PBI para el corriente año.
El desplome de la actividad afecta a todos los sectores, con excepción del agropecuario, que se mide contra un período crítico de 2023. El nivel general de actividad económica exhibe una retracción del 1,7% contra abril de 2023 y consolida un escenario en el que ningún factor impulsa el crecimiento. La variación interanual en abril muestra que el sector servicios sigue con una ligera caída, enmarcada por las retracciones de doble dígito del comercio (-13,1%), la industria (-15,7%) y la construcción (-24,8%). Todas estas caídas interanuales son más leves que las del mes anterior, pero continúan siendo extremadamente graves. Sin la incidencia del agro el promedio general de actividad en vez de caer un 1,7% habría descendido un 6,2%.
Un indicador clave de la evolución del nivel de actividad es la utilización de la capacidad instalada industrial la cual, según el INDEC, se ha estabilizado en un nivel semejante al de diciembre de 2019, tras la debacle del bienio 2018-2019, y al de julio de 2020, en la salida del parate suscitado por el coronavirus. Respecto de noviembre de 2023 el uso de capacidad instalada ha caído un 14,8%, sin ninguna perspectiva de recuperación ulterior.
El PBI target proyectado expresado en billones de pesos continúa descendiendo, debido a la caída de las previsiones inflacionarias y a la proyección de una importante retracción del nivel de actividad. El PBI nominal pasará de 189,8 billones de pesos en 2023 a un rango que oscilará entre los 598,7 billones en el escenario optimista y los 608,9 billones de pesos en el pesimista. Es sobre esos denominadores que se calculan las readecuaciones presupuestarias, en particular enfocándonos en el SNCTI, y considerando la realidad ya imperante de un ajuste fiscal inusitado (en torno a 4 o 5 puntos del PBI) y una caída real de doble dígito de la inversión pública en CyT (entre 28 y 32% de caída real respecto de 2023).
Inflación
El aquietamiento de la devaluación a través del crawling peg, la licuación monetaria a través de la política de tasas del BCRA, el tirón recesivo sobre demanda, salarios y consumo, y la posposición de ajustes en precios regulados, continúan provocando la disminución de la proyección de inflación. En este contexto la inflación promedio anual continúa su marcha declinante, cayendo respecto de proyecciones anteriores un 7% en la proyección optimista (de 247,2% hace un mes a 229,9% ahora), y 9,5% en la pesimista (de 263,1% a 238,1%).
Según el Relevamiento de Expectativas del Mercado del BCRA (del 06/06) la inflación a diciembre, aun cuando la variación mensual desacelerara hasta alcanzar a fin de año un valor ligeramente por debajo del 5%, conducirá a una inflación promedio anual del 229,9% (cayendo 17.3 puntos respecto de un mes atrás) en el escenario más optimista. Esto dará una inflación anual a diciembre del 140,0%. Esta política, no obstante, encuentra ya serios límites en cuanto a su continuidad, principalmente por su dependencia de una notoria apreciación del tipo de cambio y una insostenible ecuación fiscal, monetaria y financiera.
Dólar
El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA publicado en junio continúa exhibiendo proyecciones de devaluación descendentes (con caídas de entre 9,1% y 16,8% a diciembre respecto de las previsiones anteriores según tipos de escenario). De todas maneras emerge la dificultad de sostener en el mediano plazo el esquema de crawling peg del 2% mensual proyectado por el ministro Caputo. En tanto la inercia inflacionaria continúe, la devaluación debería seguir aproximadamente el ritmo inflacionario futuro para evitar la sistemática caída del tipo de cambio real. En este sentido ambas previsiones involucran variaciones mensuales del tipo de cambio en el segundo semestre del orden del 4-5% mensual (escenario optimista) o del 6-7% (escenario pesimista), que de todas formas implican la progresiva dilución del efecto competitividad generado por la devaluación de diciembre de 2023 y la consiguiente creciente dificultad para alentar la liquidación de divisas por parte del complejo granario exportador.
El efecto combinado del rezago inflacionario y el crawling peg ha llevado a una dilución del efecto generado por la devaluación de diciembre de 2023. Según como dé la proyección inflacionaria de junio, el tipo de cambio oficial se encuentra a apenas 9-10 puntos en cuanto a poder adquisitivo de una canasta de bienes en pesos medida en dólares, respecto del valor que tenía en noviembre de 2023, lo que implica que tras haber caído 45% en diciembre, ya se han recuperado 35-36 puntos en los seis meses posteriores.
Las proyecciones combinadas de tipo de cambio e inflación sugieren que en el escenario “optimista” continuará la pérdida de competitividad hasta noviembre, lo cual a su vez traccionará a la baja el nivel de actividad y fomentará el desequilibrio financiero al incrementarse los pasivos en pesos medidos en dólares. Por contra, en el escenario “pesimista” se regenera muy marginalmente el colchón cambiario mediante devaluaciones que, a su vez, derivan en una leve aceleración del ritmo inflacionario, el cual sin duda ha encontrado en el segundo trimestre su piso. Mientras un escenario conduce a una depresión con estancamiento nominal, el otro porta indicios alarmantes de un resurgimiento inflacionario y un nuevo ciclo de devaluaciones.
Presupuesto
Frente a un Presupuesto devengado de 2023 de 37,1 billones de pesos, el Crédito Vigente 2024 (2024cv), tras diversas ampliaciones presupuestarias alcanza los 55,13 billones de pesos. En los meses de mayo y junio las ampliaciones presupuestarias fueron menores (DA 284-24 y DA 470-24) lo que ha conducido a un progresivo agotamiento de los créditos presupuestarios por nominalidad, pese al ajuste fiscal dispuesto por el gobierno. Extremando incluso los lineamientos presentados por Caputo, entre 4 y 5 puntos del PBI se obtendrán por contención del gasto presupuestario de la Administración Pública Nacional (APN). Considerando el nivel alcanzado por el Presupuesto en 2023, y aplicando los parámetros de los distintos escenarios del REM (caída del PBI entre el 4,4% y el 5,1% e inflación promedio anual entre el 230% y el 238% en 2024) se obtiene un rango para el Presupuesto de la APN que oscila entre los 91 y los 96 billones de pesos. Esto significa que para cumplir con el escenario de austeridad fiscal del Plan Caputo el Presupuesto de la APN debe incrementarse entre un 66% y un 74% en términos nominales de aquí a fin de año.
Considerando los parámetros del Plan Caputo y el horizonte de ejecución del primer semestre, se observa que el escenario de congelamiento y desarticulación de las capacidades estatales es de una magnitud histórica sin precedentes. La caída del Presupuesto de la APN se agudiza respecto de informes anteriores, situándose entre 19 y 24 puntos por debajo del 2023. Con esto se ubica entre 37 y 41 puntos por debajo en términos reales respecto del presupuesto del año base (2015).
Política económica CyT
La gravedad del ajuste se expresa de manera aguda en el SNCTI, demostrando el carácter pro-cíclico histórico de la inversión en el sector CyT, donde ésta cae en términos reales más de lo que cae el Presupuesto total de la APN, cayendo ambos más a su vez de lo que lo hace el PBI. Respecto de proyecciones anteriores se consolidan escenarios donde la caída de la inversión CyT es aún más marcada, empeorando entre 2 y 5 puntos en las diversas proyecciones consideradas. El Presupuesto de la APN al caer entre 23,5% y 28,8% real tracciona a la baja todos los tipos de gasto, muy por debajo de lo que cae el PBI (-4,4% / –5,1%). El CONICET cae ligeramente menos, dada la preeminencia del gasto en salarios, el cual como es sabido se retrae más lentamente que otros tipos de gasto, llevando a un descenso real entre 19% y 24%. La Función CyT del Presupuesto de la APN, por último, empeora sus proyecciones unos 3 puntos respecto de informes anteriores, convalidando declinaciones reales sin precedentes en la historia, descendiendo entre un 28% y un 32,9% en términos reales respecto del año anterior.
Con esto, la Función CyT perforará el mínimo reciente del año 2020, descendiendo entre 24 y 28 puntos base en un solo año. El CONICET, a su vez, perderá entre un cuarto y un quinto del poder adquisitivo real de su presupuesto por efecto del ajuste dispuesto por el gobierno. En ambos casos en apenas unos pocos meses se habrán destruido los avances de los últimos 3 años en cuanto a inversión pública en CyT.
La Función CyT se proyecta en el orden del 0,215% del PBI en 2024, tras haber alcanzado el 0,304% en 2023. La desarticulación del principal driver de la inversión en CyT en nuestro país supone que en términos históricos la evolución de la inversión pública en CyT volverá a mínimos históricos que el SNCTI solo tuvo en períodos críticos. Como porcentaje del PBI, y tras cuatro años de alza, la FCyT del Presupuesto de la APN volverá a valores de 2005 y 2019. Lo notable de esta evolución es la rapidez con la que procede, marcando la retracción más abrupta de la historia de la Función desde que se mide como tal (1972), y contraviniendo notablemente la orientación política asentada de manera unánime en 2021 respecto del Financiamiento del SNCTI a través de la Ley 27.614.
En 2023 el 54,82% de la FCyT consistió en sueldos y remuneraciones del personal científico (inciso 1). En los primeros 6 meses de 2024, y pese a la caída real de los salarios, el inciso 1 pasó a representar el 70,22% del total de la inversión CyT y ya ha ejecutado el 92% de su Crédito. El inciso 3 (Servicios no personales, mayormente becas) ya ha devengado el 85% de sus fondos. Eso es indicativo de que el resto de los objetos de gasto caen aún más rápido que los salarios, representando una porción cada vez más pequeña de una torta que se achica.
El achicamiento es notable en transferencias (subsidios para gastos de equipamiento, capital y gastos corrientes de universidades, sector privado y municipios), que pasa del 19,38% al 6,23% del total, y bienes de uso (9,55% a 7,38%) en tanto es notable la caída real del gasto en bienes de consumo (insumos críticos para el sector). En los objetos de gasto no salariales cobra relevancia el nivel de deuda flotante (gasto devengado no pagado), dando cuenta de otra estrategia de achicamiento y desarticulación sectorial: la programación de actividades científicas y tecnológicas se vuelve imposible si el cronograma de desembolsos no otorga certidumbre alguna. Más de un cuarto de los gastos en bienes de consumo y casi la mitad de las erogaciones en gastos de capital se encuentran impagas.
Política económica CyT – Ejecución
La ejecución por organismo y programa muestra un cuadro general de saturación creciente, encontrando un extremo en el CONICET, que en tan solo 6 meses ya devengó el 96% de su Crédito Vigente (CV). Trece de los diecinueve organismos y programas que componen el SNCTI en la FCyT superan el umbral del 80% de ejecución de su crédito, para una media del sistema que alcanza el 77,3%, cuando según la distribución teórica no deberían haber consumido más del 43,5% del mismo al 30/06. Contrasta, en este sentido, la ejecución dentro de la Secretaría de ICT (ex MINCyT Central) dependiente de la Jefatura de Gabinete de Ministros, que apenas alcanza una ejecución del 9,8% del CV. Se da cuenta con ello de la total paralización del Programa 48 de Federalización , el cual estaba alojado en el ex MINCyT, y que era fundamental tanto para la inversión en equipamiento e infraestructura como para la diversificación y descentralización territorial del sistema.
La variación real de la ejecución en el acumulado mensual, cuando se la mide contra igual período del año anterior, muestra una progresiva desmejora del desempeño de ejecución cuanto más desagregado el nivel presupuestario. En el nivel más amplio, la totalidad del Presupuesto de la Administración Pública Nacional, se observa una caída en vertical durante los primeros tres meses del año, hasta alcanzar un nivel de 30 puntos reales por debajo del 2023. Desde entonces, incluyendo el dato proyectado para junio, se observa una estabilización dentro de un nivel contractivo notorio, orillando una caída total de 26,5 puntos reales.
Por contra a nivel de la Función CyT se observa una declinación creciente que en el acumulado mes a mes va tomando distancia del gasto real del año anterior. Partiendo en enero de estar 14,6 puntos por debajo, la evolución conduce gradualmente a un nivel que supera la caída global del Presupuesto APN, hasta alcanzar una retracción de 29,2 puntos reales.
A nivel más desagregado, la ex Jurisdicción 71 (MINCyT), que incluye entre otros organismos al CONICET, a la Agencia I+D+i y el ex MINCyT Central, el deterioro es más acelerado aún, partiendo de una baja cercana a los 15 puntos hasta alcanzar una inédita declinación de 38,7 puntos reales.
Teniendo en cuenta que la base del primer semestre del 2023 era relativamente baja, y que el gasto se aceleró en la segunda mitad del año anterior (jerarquizaciones CONICET en junio y octubre, aceleración de los desembolsos para transferencias por subsidios, infraestructura y equipamiento en la previa a las elecciones presidenciales), proyectamos que estos guarismos de ejecución real empeorarán más todavía.
Fuentes
- https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-3-9-48
- https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-3-9-47
- https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel3-Tema-3-5-31
- https://www.presupuestoabierto.gob.ar/sici/home
- https://www.bcra.gob.ar/PublicacionesEstadisticas/Relevamiento_Expectativas_de_Mercado.asp
- https://asap.org.ar/informes-detalle/de-administracion-publica-nacional-/4