Indicadores Macroeconómicos de Contexto CyT – Marzo 2024

A partir de los datos provistos por el EMAE (Estimador Mensual de Actividad Económica) del INDEC se consolida un diagnóstico de caída del PBI del 5,3% interanual en el primer bimestre del año. Ante la ausencia de claros impulsos a la recuperación, estancados la inversión y el consumo, solo el sector exportador podría traccionar levemente la actividad. Las series de consumo eléctrico, patentamientos y uso de capacidad instalada industrial son ilustrativas al respecto. La proyección para el 2024 mantiene el escenario pesimista de una caída del PBI del 4,2%. Por otro lado caen ligeramente las proyecciones de inflación y de devaluación frente al dólar, pero todavía con una variación elevadísima (266% inflación promedio anual; dólar entre 1400 y 1900 pesos en diciembre). El diagnóstico de Política Económica CyT continúa proyectando una caída en el rango del 25-30% real para la inversión pública en ciencia, en línea con la caída del salario real del sector. De este escenario se deslinda una novedosa orientación a la des-federalización de la ciencia que revierte incipientes tendencias del trienio anterior (2021-2023) con un sesgo orientado a la reconcentración y achicamiento del SNCTI.

PBI

Las proyecciones de crecimiento del PBI se mantienen, permitiendo prever una caída del 4%, concentrada en el primer semestre del año (-5% ya en el primer bimestre). La evolución de la variable dependerá del estímulo al consumo y el dinamismo de la inversión en un contexto por demás difícil: una recuperación en “V” de la actividad que la devuelva al nivel de mediados del año pasado se ve menos probable que el escenario de una “L” en el que el nivel de actividad se mantiene en el nivel deprimido al que condujo el shock recesivo.

La actividad económica se encuentra en un nivel similar al de septiembre de 2019, en plena debacle del macrismo, nivel que en aquel entonces era el resultado de dos años de caída en vertical de la economía. Pero ahora en 2024 se arriba a este escenario tras tan solo 3 meses de gestión de la nueva administración Milei.

Respecto de estimaciones previas se prevé que el PBI caerá de manera más acusada durante el primer trimestre y que la recuperación será más lenta y gradual, llevando a importantes declives durante el segundo y tercer trimestre. En el segundo trimestre contará con el “beneficio” de compararse contra un segundo trimestre de 2023 impactado por la coyuntura de la sequía, y en el tercero tendrá el “perjuicio” de que se comparará contra una economía que se había recuperado en 2023 de aquella situación. El escenario de un crecimiento en el cuarto trimestre se complica, a la luz de la necesidad de contraer la economía para recomponer divisas y mantener contenido el dólar, la inflación y el frente fiscal. Con esto, el PBI encadenaría a fines de 2024 siete trimestres consecutivos de caída.

La eventual recuperación del PBI, en caso de darse, deberá confrontar con los datos de un descenso pronunciado hasta aquí. El uso de la capacidad instalada industrial, según el INDEC, se encontraba en febrero de este año un 14% por debajo de los valores de noviembre, y los datos proyectados para marzo permiten entrever una profundización de la caída. Los datos del INDEC sobre patentamiento, con la habitual excepción de enero, en que los patentamientos se incrementan por el cambio del año, muestran una caída convergente de 20 puntos en la inversión en bienes durables. Finalmente, el consumo eléctrico en marzo se desplomó, ubicándose un 20% por debajo de los valores de noviembre de 2023. Estos indicadores proxy del nivel de actividad, la inversión y el consumo exhiben un panorama oscuro de cara a lo que viene.

Respecto del mes anterior las previsiones inflacionarias han continuado disminuyendo levemente. Sin embargo aún en el mejor de los escenarios el PBI nominal crecerá exponencialmente. Pasará de un proyectado de 189,8 billones de pesos en 2023 a un rango que oscilará entre los 665,1 billones en el escenario optimista y los 697,8 billones de pesos en el pesimista. Es sobre esos denominadores que deben calcularse las readecuaciones presupuestarias, incluso considerando el escenario de un ajuste fiscal inusitado y una caída real de doble dígito de la inversión pública en CyT.

Inflación

La inflación continúa un trazo descendente, desde un nivel altísimo. Debe considerarse que el valor de marzo (11,0%) solo excepcionalmente fue alcanzado durante la gestión anterior, y en marzo de 2024 se obtuvo al costo de una posposición de inflación de precios regulados y anclándose en un tirón recesivo sobre demanda, consumo y salarios, en conjunción con un congelamiento del tipo de cambio poco sostenible en el futuro. En este contexto la inflación promedio anual desciende casi 18 puntos en la proyección optimista (de 283,6% hace un mes a 265,8% ahora), en tanto en el escenario pesimista cae 39 puntos (de 327,6% a 288,3%).

La inflación a diciembre, aun cuando la variación mensual desacelerara relativamente hasta alcanzar a fin de año un valor del 5%, conducirá a una inflación promedio anual del 265,8% (-17,8% respecto de un mes atrás) en el escenario más optimista. La limitación a un descenso aún mayor provendrá de la dificultad de desacelerar, posponer o impedir simultáneamente la variación del tipo de cambio (ya en situación de atraso cambiario) y los aumentos continuados de precios regulados o vinculados al dólar.

Dólar

El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) continúa moderando sus previsiones de devaluación, sobre todo en sus proyecciones más pesimistas a diciembre de 2024. De todas maneras tanto una como otra previsión involucran variaciones mensuales del tipo de cambio del orden del 5-7% (escenario optimista) o del 8-9% (escenario pesimista) como forma de seguir el ritmo de la variación de los precios y alentar la liquidación de divisas.

Durante los tres primeros meses del año quedó transparentado que resultará imposible sostener el nivel del tipo de cambio expresado por la pérdida de poder adquisitivo del peso en diciembre de 2023 (tipo de cambio real alto), la cual llevó el valor de la moneda local 44 puntos por debajo de los guarismos de noviembre. En tres meses ya se han recuperado 24 puntos, en abril se moverá otro 7%, de manera que se aproxima el punto en el que el gobierno tendrá que optar entre acelerar la devaluación, y con ello los precios, para sostener el tipo de cambio real supuestamente “competitivo”, y con ello convalidar la pérdida de poder adquisitivo del peso, o reprimir la variación del dólar y con ello perder la ventaja competitiva que supuso la devaluación, mientras se expanden los pasivos monetarios en pesos medidos en dólares (deuda pública e instrumentos de absorción monetaria de corto plazo).

Presupuesto

El Presupuesto prorrogado lejos de ser congelado deberá multiplicarse por tres, en términos nominales, para seguir con retraso el ritmo nominal de la economía. El Decreto 280/2024 de ampliación presupuestaria es solo el primer peldaño, a fines del primer trimestre, en esa evolución requerida para cumplir la exigente curva trazada por el apretón fiscal en un contexto de elevadísima nominalidad de la economía. Si el Devengado de 2023 fue de 37,1 billones de pesos, el Crédito Vigente 2024 (2024cv), tras el Decreto 280-24, el cual supuso una ampliación de 14,5 billones, ya alcanza los 54,7 billones de pesos. Extremando incluso los lineamientos presentados por Caputo, entre 3 y 4 puntos del PBI se obtendrán por contención del gasto presupuestario de la Administración Pública Nacional (APN). Considerando el nivel alcanzado por el Presupuesto en 2023, y aplicando los parámetros de los distintos escenarios del REM (caída del PBI entre el 4,2% y el 5,3% e inflación promedio anual entre el 265% y el 288% en 2024) se obtiene un rango para el Presupuesto de la APN que oscila entre los 108 y los 110 billones de pesos. Esto significa que para cumplir con el escenario del Plan Caputo el Presupuesto de la APN debe duplicarse de aquí a fin de año.

El escenario de congelamiento y desarticulación de las capacidades estatales debe parametrizarse de manera correcta, para poder comprender la magnitud histórica y el impacto que supone este proceso de ajuste. Para poder comparar, por ejemplo, el macrismo en 4 años logró hacer caer en términos reales el Presupuesto de la APN en 11,7 puntos respecto de 2015. El gobierno de Alberto Fernández, en el balance de la gestión 2019-2023, arroja una caída real de casi 1 punto. En comparación, puede verse que el objetivo declarado del nuevo gobierno es hacer caer en términos reales en un solo año 22-27 puntos el gasto de la APN, llevandolo a valores de 2003, y ubicándose con ello entre 34 y 39 puntos por debajo de 2015.

Política económica CyT

Sostenemos el diagnóstico de que dado el carácter históricamente procíclico de la inversión en CyT, ésta caerá más acusadamente de lo que lo hará el Presupuesto. Según el tipo de escenario el Presupuesto de la APN caerá en términos reales un 18-25%, para cumplir con los lineamientos del Plan Caputo. Esto supone, por principio, un ajuste en los tipos de gasto (salarios, gastos de capital, transferencias) que constituyen el grueso de la inversión en ciencia, que se había ampliado notablemente en los años previos. Por su parte, tal como se verifica en el primer trimestre, la caída de la Función CyT rondará el 25-30% en términos reales, pudiendo ser mayor. En el caso del CONICET, cuya estructura presupuestaria históricamente tiene variaciones más moderadas, al alza y a la baja, sostenemos la proyección de que la inversión caerá en el orden del 16-23%, por debajo de las variaciones de la APN y de la Función CyT.

La consecuencia de la meta de ajuste fiscal del gobierno entrante significará, para el SNCTI, un retroceso que devolverá a la Función CyT al nivel que tenía en 2019, perdiendo todo lo recuperado desde entonces. En 2024 se ajustará lo que al macrismo le tomó cuatro años llevar a cabo. Si bien la caída será más atenuada, el retroceso para el CONICET eliminará los importantes avances de los últimos años, que habían dejado al organismo casi al nivel presupuestario de 2015. El proyecto del gobierno implica situar la inversión en ciencia entre 37-40 puntos por debajo de los valores de 2015 y desfinanciar al CONICET mediante una inédita caída de 15-20 puntos reales en un solo año.

En 2023 el 54,8% de la FCyT consistió en sueldos y remuneraciones del personal científico. En el total del primer trimestre de 2024 los gastos en personal suponen el 67,1% del total ejecutado, lo cual muestra el achicamiento absoluto (real y nominal) de los otros rubros de inversión en CyT. En este sentido destaca la caída nominal en Bienes de Consumo, así como el descenso acusado de los fondos destinados a Bienes de Uso y Transferencias. Absolutamente todos los incisos caen en términos reales. A la vez al 31/03 ya se ha devengado el 34,2% del Crédito. El inciso que más cae en términos reales es el de Bienes de Consumo que desciende un 51%, pero la media del sector ronda el 29,9%. Los incisos más sobregirados son los de Gastos en personal y Servicios no personales (Becas y honorarios), que rondan el 39% de grado de ejecución, cuando correspondería que se encontraran en un valor cercano al 16%.

Política económica CyT – Desfederalización

Un elemento clave para medir el sesgo de la política CyT bajo el nuevo régimen presupuestario consiste en ver la distribución geográfica de la Función CyT. En este sentido, considerando la ejecución al primer trimestre en contraste con la secuencia 2020-2023, puede verse claramente una reversión en la incipiente tendencia a la descentralización del sistema, expresado paradigmáticamente en los hoy desaparecidos Programas Federales Construir Ciencia y Equipar Ciencia, que en forma de transferencias a las provincias y las universidades para obras de infraestructura y equipamiento permitieron incrementar la inversión en CyT en las regiones habitualmente postergadas. En los primeros tres meses del año esas transferencias han desaparecido, por lo que se incrementa el gasto “nacional” (básicamente los salarios y estipendios del CONICET). Como resultado de esta tendencia a la concentración y desfederalización, en menos de 3 meses la parte de CABA+PBA+Nacional sube más de 12 puntos sobre el total nacional.

Por contra, las demás regiones pierden 11,3% del total de la Función CyT ejecutada. La Región Central (Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos) cae casi 3 puntos, achicando 27% su porción, pasando del 9,7% en 2023 al 7,0% en el primer trimestre del año. La Patagonia cae 28%, yendo del 7,7% al 5,5%. Las caídas del NOA y del NEA son más drásticas aún, cayendo un 57% y un 54% respectivamente en su representación del total de la Función, al pasar del 5,8% al 2,4% el NOA y del 3,4% al 1,5% el NEA. Cuyo cae más del 41%, pasando del 3,2% al 1,9% del total. El conjunto de esta evolución denota el abandono de la inversión en infraestructura y equipamiento, principalmente transferido al interior, y la compresión del gasto a los ítems más concentrados en las regiones centrales, principalmente salarios y estipendios. Esta dinámica revierte por completo, y en tan solo 3 meses, una dinámica de federalización incipiente, compleja y variable, que había comenzado a esbozarse entre 2021 y 2023.

Fuente:
https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-3-9-48
https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-3-9-47
https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel3-Tema-3-6
https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/patentamientos_04_2446FEADD331.pdf
https://www.presupuestoabierto.gob.ar/sici/home
https://www.bcra.gob.ar/PublicacionesEstadisticas/Relevamiento_Expectativas_de_Mercado.asp